01.abr.2016 GUITARRA BIODINÁMICA

Aquí se completa la primera clase de guitarra-biodinámica impartida por el gran gurú jondo Vellos de Punta, creador de los famosos tangos de la uña quemada, el cuarteto del fandango inacabable -para mirlitón, matasuegras, Casio PT-1 y vuvuzela-, y de un conjunto de acrobacias técnicas que la teorías musicales no pueden enseñar.

 DÍA PRIMERO

 

¿Es bello el rugido del tigre porque sabemos que detrás del sonido hay un animal hermoso?

Si mostráramos una bacteria que sorprendentemente rugiera frente a un auditorio… ¿valoraríamos igualmente el sonido?

¿El canto de un pájaro nos parece espectacular porque en verdad despreciamos el tamaño minúsculo del cuerpo que produce la música?

¿Cómo oiríamos a un tigre que convirtiera su rugido en el canto de un jilguero y con la misma intensidad?

Si observáramos a un bando de jilgueros, volando en círculos y alimentarse en grupo de un cadáver… ¿seguiríamos apreciando sus cantos naturales?

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Si los animales carroñeros no cantan y los animales que cantan se suelen enjaular… ¿es el hombre un animal que debe elegir entre comer carroña o ser enjaulado?

¿Somos cantores o carroñeros* según el momento y los casos?

Según las situaciones… ¿somos cantores para los carroñeros que oyen nuestro canto?

¿O son los que cantan quienes definen el conjunto de carroñeros y ladrones de oído?

Dentro del círculo social de los ladrones de oído… si hay uno de ellos que canta en el cuarto de baño y el grupo lo desconoce… ¿sigue siendo éste elemento un carroñero?

Y si hay alguien que canta en el círculo social de la especie cantarina y su cante no es apreciado… ¿sufre entonces la conversión de cantor a carroñero?

El maestro Vellos de Punta haciendo un receso y después de servir el té del descanso solamente en su taza, habló de la subida de las tasas de la matrícula, de la homologación del seminario y de la validez de su crédito. También interrumpía a todos los alumnos que preguntaban diciendo:

–Enfrente del que canta siempre hay uno que dirá que NO… y suele estar abajo, sentado en el público… o en el privado, porque hoy no existe ni una mierda que sea pública.

Y retomaba la lección con un tigre sentado en una butaca y que observa a una bacteria que comienza a cantar como un jilguero, pero con la intensidad del rugido del tigre. ¿Qué apreciaría el tigre? ¿Sería la bacteria confinada en una jaula?

Dos personas con chanclas abandonaron el aula. ¿Serían de la especie cantarina o eran  carroñeros como los que permanecían todavía en la clase magistral?

¿Si el tigre cantara con la intensidad de la bacteria sería aclamado por el público?

¿Qué apreciaría la bacteria sentada en su butaca desde el paraíso?

¿Calcula que el tigre que su traje de rayas es sólo una convención popular?

El jilguero que canta durante el día y el tigre que ruge durante la noche… ¿convierten al ser humano en un animal mitológico, inventado como un grifo alado de cerveza o una quimera artística, por su capacidad natural de cantar tanto por el día como por la noche?

¿Reúne la voz humana la cadencia del pájaro y la fuerza sonora del tigre?

¿Por qué entonces hay muchas personas que callan y las hay forzadas que por mucha intensidad que empleen tampoco llegan a decir nada?

A la tercera persona que huye del aula se le sale una chancla.

Si el rugido del tigre no le dice nada al jilguero, y el trino del jilguero es discriminado por el oído del tigre… ¿por qué el canto humano es despreciado por algunas personas y apreciado por otras, incluso siendo la misma voz?

Que la persona que aprecia ciertos cantos sea capaz de irritarse y sufrir rechazo sonoro hacia otras músicas demuestra que el oído y el odio musical se hacen, se cultivan según el gusto, y que lo fantástico de la quimera no es que exista y hable, sino que escuche y oiga.

El maestro Vellos de Punta repartió el material del seminario, entregando sólo una fotocopia (un folio relleno por la cara A y por la cara B) para compartir entre todos los asistentes del curso, y observó que todos sus alumnos calzaban chanclas.

Como guitarrista tenía “enfundadas” sospechas de que había tocaores de flamenco con las uñas de los pies más largas que las de las manos.

RESUMEN:

 Quien canta está enjaulado,

 y es presa de toda la gente

que espera que cante siempre.

 

Y terminándose la hora lectiva, Vellos de Punta pidió al desarmado auditorio que para la siguiente clase de guitarra-biodinámica alguien se trajera la guitarra.

¡Vamos a echarle solanáceas!

 

 * (Aquellos que sólo se saben el estribillo de la rumba “Mi Carro”)

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SOBRE EL BLOG
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Blog de David Pielfort.

AUTOR: David Pielfort
DAVID PIELFORT (1971). Salido de una novela de Dickens, es abandonado por los gitanos. Un banco le compró un cuadro. Su voz retumbó en la Bienal de Arte de Venecia, e Israel Galván ha bailado sobre su cuerpo. Otorgó la llave de oro del cante jondo a Paco de Lucía, en una pielfortmance que televisó La 2.
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