01.ago.2016 FLAMENCO FANTASMA

Una silueta se agita muy bailonga saliendo de un grupo de flamenco de sombras. La figura avanza y se detiene en el centro del escenario, sosteniendo toda su tensión en un lapso de quietud y con aparente desolación calculada.

La cabeza decapitada del tocaor se asoma sobre el tocón de la guitarra. El cantaor con un aullido prolongado asciende hasta una breve pausa contundente y expansiva, tras la que retoma el quejido distorsionador en si bemol, dándole énfasis de desesperación en el do, convirtiendo la entonación de un gemido resonante en turbador, y que viene a decir con ímpetu vibrante:

–¡Si das al modo shuffle, …el shuffle siempre sale del mismo modo!

FLAMENCOFANTASMA-PIELFORT

El bailaor comienza entonces a moverse anhelante, andando entre pasos arrastrados y apagados, que se convierten en una trepidante música de ritmo inquebrantable.

La cabeza muy afectada del músico rasgueante recorre deslizándose la forma de la guitarra -con el peligro de caer dentro del agujero- y oscila de un lado para otro en el perfil ondulado del instrumento, como hacían los carros de las máquinas de escribir y los caricatos con sus chuflas en las mojigangas.

El bailaor se sale del grupo de los flamencos dando un codazo al compañero que tiene al lado, propina un pisotón intencionado a un tercero, y aprovechando la falta de respiración y de movilidad del elenco, en un silencio escénico, se apropia del mismo y se destaca rápidamente del conjunto de practicantes del remedo, quedándose con un desplante en el centro del escenario. El bailaor levanta arteramente los brazos en su triunfo estético porque ahora está plantado en los medios, en su conquista momentánea, cogiendo resuello y esperando a la música como un maldito estertor electromagnético que lo anime.

–¡El modo shuffle consiste en ordenar el desorden preestablecido!

El bailaor ahora palillea progresivamente con los dedos evocativos de sus manos y con cuatro golpes de tacón llama a la puerta del destino. El bailaor trata de que el cantaor comience a cantarle, pero el cantaor canta en verdad para que el bailaor sea quitado de en medio por todo el grupo flamenco, que fingirá arroparlo en un jaleamiento creciente hasta retirarlo de la escena con armonía, como hacen los cabestros con los toros en las plazas.

–¿Ahora es cuando lo llevan a hombros hasta el hotel y comienza la fiesta extra?

–¡Extrañísima!… porque el conjunto acompañará al elemento hasta la mismísima puerta del Teatro para abandonarlo en la calle… donde la danza se convertirá en peregrinación eterna.

Siguiendo los pasos dicen que vieron al bailaor andando por la cuneta de la autopista; que lo vieron entrando en la ciudad caminando entre rotondas; que en un arrebato chamánico iba partiéndose la camisa, tirando una bota, después otra y hasta el pañuelo en las papeleras de diferentes avenidas, evitando así que se reciclaran las herramientas. También decían que el flamenco informalista había sido visto saliendo del bar del Teatro y entrando en el teatro de otro bar… en perfecto bucle de fuga.

Pero lo que nadie puede oír ni ver cada noche en una colina de viñas enmarcada por el disco de la luna, es la escena de la silueta del guitarrista de chapa que mete su instrumento enérgicamente por el culo de un toro de Osborne, mejorando analíticamente el diseño del gran recortable nacional.

Hay aprendices de brujo que dicen haberlo visto entre truenos y fusilazos, y una cabeza parlante sigue jurando sobre la “Tauromaquia de Pepe-Illo” que se trataba del mismísimo Tío Pepe, pero el del vino sherry, y que está justo en la carretera de al lado saliendo de un ovni que tiene la forma de un sombrero colorado.

Y la música que no requería de la venta de discos, pasó a necesitar del disco para ser entendida como música.

Off (ú).

 

 

 

 

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SOBRE EL BLOG
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Blog de David Pielfort.

AUTOR: David Pielfort
DAVID PIELFORT (1971). Salido de una novela de Dickens, es abandonado por los gitanos. Un banco le compró un cuadro. Su voz retumbó en la Bienal de Arte de Venecia, e Israel Galván ha bailado sobre su cuerpo. Otorgó la llave de oro del cante jondo a Paco de Lucía, en una pielfortmance que televisó La 2.
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